Hace ya cosa de 21 años, nació un pequeño lirón que, tal y
como cuenta la leyenda, aún sigue conservando sus preferencias que le permiten,
en parte, volver a vivir los recuerdos más agradables de su infancia. Esto es,
pues, porque en cuanto se mete en la cama, con las sábanas de lunares que tanto
le gustan y que tiene desde los 3 años, comienza un viaje hacia el pasado en el
que asegura regresar a las tardes que pasaba junto a su abuela tragándose
cientos de películas con un gran chocolate caliente entre sus manos o, también,
volver a disfrutar de esa sensación que provocan las navegaciones en las que te
inundas cuando comienzas a leer tu libro favorito.
Todo esto no genera nada ante el destinatario que ve aquella
marmota, metida en una simple cama, que no es capaz de abrir los ojos; pero, en
cambio, sí puede significar algo ante los ojos de una persona determinada,
aquella que mira aquel pequeño bichito de una forma diferente, que se acerca
poco a poco, con miedo a despertarla (aunque parezca mentira que pueda ocurrir),
y se encuentra con que tan solo asoma de esas sábanas llenas de lunares una
pequeña nariz y cuatro rizos rubios. Entonces, en ese momento, es cuando vuelve
a la realidad tras un mágico beso, cual princesa de un cuento de hadas.
Feliz cumpleaños
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