sábado, 9 de abril de 2011

No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.

Debería dejar de hacer tantas cosas, que no sabría por cuál empezar. Me he parado, he pensado y he decidido comenzar por la más simple o por la que más fácil me resulte prescindir de ella.
Llegué a casa e hice una lista con esas cosas,pero me dí cuenta de que no es fácil renunciar a todas, ni si quiera a tan solo una. Porque ahora forman parte de mi vida, a pesar de que me den "una de cal y otra de arena".
La más importante es la mejor y a la vez la peor, es lo más parecido a un vicio o,mejor dicho, es un vicio. Y muchas veces pienso en "dejar de beberla, de fumarla y de pensarla", pero me resulta imposible reemplazarla y privarme de ella. Así que opto por dejar que permanezca conmigo, por dejar que todos esos altibajos de mi vida, todos los enfados, las alegrías, las ilusiones, las desconfianzas y eso que me hace un poco mejor y peor provengan de aquí.
Puedo llegar a la conclusión de que todo este pensamiento ha sido una pérdida de tiempo, porque no he sido capaz de cambiar ningún elemento de mi vida para experimentar algún tipo de mejora, pero no es así. La conclusión a la que llego y con la que me quedo es que esa cosa que me hace "peor", también me hace mejor. Indudablemente me hace "muy,muy mejor".

1 comentario:

  1. Bienvenida al mundo de enrollarte millones de horas pensando:"¿con qué actualizaré hoy mi blog?". Espero que esto no te resulte raro, joven padawan. Tendré mis ojos puestos en ti.
    .G.

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